Dejar a los niños jugar con total libertad en el exterior es
beneficioso para desarrollar su aprendizaje y sus habilidades sociales y
emocionales, algo que les ayudará en el futuro.
Hoy en día, y
sobre todo en las ciudades, la mayoría de las actividades que realizan
los niños se sitúan en lugares cerrados.
Las actividades al aire libre no sólo desarrollan mejores capacidades
físicas, gracias a la práctica de deporte, sino que también implican la
mejora de otras habilidades beneficiosas para los más pequeños. Ya de
por sí, el ejercicio físico ayuda a que los niños ganen confianza en sí mismos , porque desarrollan sus capacidades y vencen sus miedos.
Además, jugar en el exterior ayuda a los más pequeños a mejorar sus habilidades sociales
, ya que están en contacto con otros niños y deben aprender a
relacionarse, a compartir, a negociar, y en definitiva, a interactuar
con los demás.
Asimismo, jugar al aire libre estimula la imaginación y la creatividad de los niños
, ya que es un escenario idóneo para inventar juegos e imaginar
situaciones. Las oportunidades de aprendizaje son numerosas en los
espacios abiertos, donde los niños tienen la posibilidad y total
libertad de observar, explorar y experimentar por sí mismos.
Las actividades al aire libre y las habilidades que
los niños desarrollan en estos espacios son diferentes en cada fase de
crecimiento.
Mirar lo bien que se lo pasan nuestros niñ@as en el patio de nuestro centro.
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